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Escrito por: Dr. Daniel Silverio Zúñiga Lara
Especialidad: Ginecólogo
Fecha de publicación: 13-06-2024
Escrito por: Dr. Daniel Silverio Zúñiga Lara
Especialidad: Ginecólogo
Fecha de publicación: 13-06-2024
Los cambios cutáneos durante el embarazo son muy frecuentes; dentro de los más comunes se encuentra la hiperpigmentación de la piel de los pezones, areolas, genitales externos y línea alba, que se presenta al menos en 90% de las mujeres embarazadas. Los cambios endócrinos e inmunológicos que se presentan durante el embarazo se expresan en la piel con modificaciones transitorias, como aumento en el grosor de la piel y mucosas. El aumento de aldosterona favorece la concentración hídrica en la piel y tejidos, favoreciendo el aumento de volumen y dando una turgencia característica.
Por otro lado, se debe considerar, que pueden existir manifestaciones cutáneas de patologías independientes al embarazo; como ejemplo, son característicos los hallazgos cutáneos mediados por autoinmunidad y vasculitis en pacientes con lupus eritematoso cutáneo y sistémico o esclerodermia, por mencionar algunos.
Dentro de los cambios cutáneos fisiológicos, los que se presentan en el tejido conectivo se relacionan con la aparición de estrías, afectando a más del 90% de las mujeres durante la gestación.
Las estrías se producen por la distensión que sufre la piel del abdomen, la cadera y las mamas, principalmente. Se considera que el aumento de las hormonas sexuales durante el embarazo puede influir primaria o secundariamente en los cambios fisiológicos que presenta la piel durante este periodo.
Como se mencionó con anterioridad, la distensión es el principal factor para la formación de estrías, aunque en forma experimental, no se ha podido demostrar esta hipótesis, por lo que se considera que deben existir al menos otros 2 mecanismos adicionales para la producción de estrías: la influencia hormonal, ya que las hormonas durante la gestación, en particular los estrógenos, se relacionan con disminución en la formación de fibras de colágeno, principalmente en ciertas áreas corporales; y el último factor es, sin duda, la predisposición genética, que confiere variabilidad en la elasticidad de la piel y por lo tanto mayor tendencia de algunas mujeres a la ruptura de la dermis.
Para puntualizar la acción hormonal en el desarrollo de estrías, debe considerarse que los estrógenos producen:
Por lo tanto, existe una alteración de la microcirculación a nivel estructural, que condiciona salida de plasma y células y se asocia al color rojizo característico de las estrías recientes.
Por otro lado, el aumento de estrógenos estimula el aumento en la producción de cortisol, con aumento de la gluconeogénesis y disminución de la capacidad energética, llevando a una disminución del metabolismo dérmico, afectando la actividad fibroblastos, que son los responsables de la producción de colágeno y elastina; de esta forma, el efecto del cortisol en los fibroblastos genera cambios morfológicos que retrasan la formación de fibras elásticas y colágeno en la dermis, disminuyendo, de esta manera, la resistencia a la tensión de la piel.
Cabe mencionar que el menor aporte nutricional y energético en las estrías, hace que disminuya el metabolismo y las mitosis en la epidermis, que se traduce en coloración blanco-nacarada y adelgazamiento en la fase tardía de la evolución de las estrías.
Las estrías relacionadas con el embarazo se presentan alrededor del ombligo, en abdomen, caderas, muslos, mamas y axilas. Se caracterizan por líneas producidas por la ruptura de las fibras de la dermis, sin afectar la epidermis; se presentan como cambios de coloración lineales, zigzagueantes, de 1 a 10 mm de ancho, con longitud variable, discretamente sobreelevadas en su inicio y posteriormente deprimidas o atróficas. En cuanto a la coloración, en su fase temprana presentan un color rojo-violáceo (figura 1), que posteriormente se torna blanco-nacarado (figura 2). Las estrías en su fase final serán áreas de atrofia cutánea con adelgazamiento y depresión localizadas, de coloración blanco-nacarada (figura 3).
La efectividad de los tratamientos farmacológicos y dermocosméticos será mayor mientras más temprano sea el inicio de éstos; por lo anterior, el tratamiento ideal será la prevención. Cuando las estrías ya están presentes, el tratamiento dependerá de las dimensiones y principalmente la coloración de las estrías. Si tienen coloración eritematosa o rosada, es un signo de vascularización y mayor probabilidad de éxito con el tratamiento.
Es importante mencionar que no basta con aplicar un emoliente en la piel. Deben restaurarse las propiedades de elasticidad para permitir que la piel resista el cambio mecánico y fisiológico que se presenta por el embarazo. Existen productos disponibles que contienen diversos ingredientes capaces de estimular la actividad de los fibroblastos y favorecer la producción de fibras elásticas y de colágeno. De igual forma, se recomiendan productos que faciliten la formación de glucosaminoglicanos en las fibras de colágeno y elastina, favoreciendo la regeneración de los tejidos.
Los productos de uso tópico disponibles son útiles para prevenir las estrías y/o disminuir su desarrollo. La aplicación debe realizarse en las áreas corporales en que es más frecuente la aparición de éstas, con un masaje ligero y prolongado, que ayudará a mejorar la microcirculación. Se debe evitar la exposición directa al sol, indicando fotoprotección adecuada en los sitios expuestos a la radiación UV.
Los productos específicos para prevenir las estrías contienen generalmente asiaticósidos, que estimulan las mitosis, son bioestimulantes, antiinflamatorios y aceleradores de la cicatrización. Esto lo hacen al estimular la proliferación de fibroblastos y fibras de elastina y colágeno; realizan una actividad antagónica a los esteroides.
También se utilizan aceites vegetales que favorecen el proceso de queratinización por su contenido de ácido retinoico; hidrolizados de colágeno y elastina y aceites ricos en vitamina E.
Referencias:
Karhade K, Lawlor M, Johnson TR. Negative perceptions and emotional impacto of striae gravidarum among pregnant women. Int. J Womens Dermatol 2021; 685-91.
Korgavk K, Wang F. Stretch marks during pregnancy: a review of topical prevention. Br J Dermatol 2015 Mar; 172(3): 606-15.
Cantelli MT, Camela E, Marasca C. Topical oil formulation of plant extracts and vitamins as effective treatment for stretch marks. An observational longitudinal study. J Cosmet Dermatol 2021Apr 20; Suppl (1): 9-13.
Cordeiro RC, Zeccin KG. Expression of estrogen, androgen and glucocorticoid receptors in recent striae distensal. Int J Dermatol 2010; 49: 30-32.
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